lunes, 29 de septiembre de 2008


Una vez más, sin ánimos ni ganas. Detestando caer en los tópicos, odio ser consciente de mis cambios hormonales. Me jode mucho. Es una especie de trastorno bipolar, paso de la risa al llanto en cuestión de segundos. Me importa muy poco que nadie me entienda, lo que me agobia de verdad es no entenderme yo misma.

Yo lo interpreto como algo así: Mi finalidad es procrear, como hembra que soy. Cada vez que se me brinda la oportunidad y no lo hago, la naturaleza me lo agradece con una inyección de moléculas depresivas. Esa es la única lógica que podría aceptar como tal, pero me queda tanto todavía para cumplir con la vida...

Y vuelta a empezar. Me apago de repente y a los 2 días me vuelvo a encender. Comenzamos la partida. (Qué tecnológica estoy, serán cosas de la bipolaridad)

Me olvidaba que con el otoño me vuelvo un poco individualista. Me apetece mucho estar sola, pasear y leer. Me he hartado de la vida social y ahora necesito apartarme. Es aquí cuando Fernando no me entiende y se desespera, pero siempre será así... ni él va a cambiar ni yo tampoco. Siempre me ha pasado. Necesito muchos ratos de soledad para poder vivir en paz. Necesito disfrutar conmigo misma y silencio para poder pensar. Una de las cosas que más disfruto es el cine. Los Verdi sesión de las 16:00 un fin de semana. Para mi es un paraíso. Casi te aseguras al 100% una buena película y que no haya ningún especímen de esos que se hacen notar y engullen palomitas... si acaso algún gafopasta tomando notas... pero no molestan.

Quiero retomar la cocina, ahí es donde más tiempo tengo para mí. Mi manzanillita bien fría con algo de picar, cierro los ojos y me voy a Sevilla. Los abro y preparo cualquier cosa, pero con muchísimo amor.

Summer, a veces me acuerdo de la receta que me pasó tu padre, en la que terminas merendándote a tu acompañante y sin cocinar. Me río mucho. Suelo pensar en eso cada vez que me preparo mi pócima mágica de noestassolamientrascocinas...

Tb me apetece poner música, mi música, esa que no le gusta a casi nadie, y prepararme un baño con sales, y llevarme un margarita a la bañera, con mucha sal en el borde de la copa, y cerrar los ojos y evadirme.

Y esa es mi felicidad. No necesito más. Esos son los pequeños placeres que me llenan en el día a día de estos meses en los que toca acondicionar el hogar para refugiarse y no salir. Claro que también me encanta disfrutar del frío, de ese frío de verdad que se siente en invierno, y brindar con champagne en la calle. En algún banco por ahí...

Mmmm, estoy un poco alcohólica últimamente. Admito que no bebo mucho, y cuando lo hago en muy pequeñas cantidades. Me alegro de haberme cansado de beber hasta tocar fondo, porque eso me ha ayudado a aprender a disfrutarlo. Me gustan los margaritas, el gintonic y el champagne, y curiosamente me apetecen bastante con la entrada del frío...

Me gustaría hacer otra serie de cosas, pero esas ya se salen de la ética y de la moral que nos han impuesto casi desde que habitábamos en el vientre materno, con lo que seré prudente y no las mentaré. Si acaso se da el caso, las disfrutaré.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas lagrimas que caen son tambien fruto de estas hormonas o quizá no y es simplemente que me toca lo que cuentas y más que nada como lo cuentas y como lo transmites. Pues ya es mucho que seas capaz de disfrutar con cosas tan simples y sepas atrapar esos momentos es algo realmente complicado quedarte ahi, atrapar un momento. QUIERO BRINDAR CON CHAMPANGE EN UN BANCO!!!QUE COSA TAN BONITA ES ESA?....ves? y aqui no me imagino verano no... me lo imagino con frío tiene que ser en otoño si, con hojas secas y gabardina.

Y por último un enoooorme guiño.

Verano

Anónimo dijo...

Sábado...Ventana abierta! Huele a Otoño, comienza a sentirse el aire frío en la cara, lo cual incita a ponerte una capa de ropa auxiliar. Aún luce el sol, aunque parece que hoy las nubes le van a ganar el terreno. Tiempo de vermut, de aceitunilla al sol mientras se resista a ser vencido y de empezar a aprovechar la naturaleza ahora que el verde gana fuerza. El otoño con su lluvia ayudará a que todo quede limpio y reluciente, incluido el banco del champagne. Este Otoño es único! Otoño 2008, nunca jamás habrá otro igual con nosotros de testigos! A por él!

Karma dijo...

Ahí te quería yo ver! Ventana abierta? Olé!
Y si, qué ganas de disfrutar de la naturaleza justo ahora...
Empezaré a fichar bancos por ahí...
Guiños maliciosos para todos!

Anónimo dijo...

PUES BUSCALO Y VAYAMOS A BRINDAR CON CHAMPANGE POR ESTE OTOÑO. VAMOOOOOOOONOOS TODOOOOOOS. VIVAAAAAAAAAAAAAAA

Verano