9 años...

El tiempo es algo que se me va de las manos, se me escapa. Hoy hace 9 años que estoy con Fernando, bueno, que nos conocimos. Creo que nuestra relación se consolidó un poquito más tarde, en agosto, pero nos hemos optado por esta fecha como nuestra, ya que al fin y al cabo fue la primera vez que nos dimos un beso. (Y dos, y tres, y mil... unos 2 segundos despues de cruzar las primeras palabras... y con una torrija de las buenas, "ambosdos")

Esta noche nos iremos a cenar y apuesto a que al llegar a casa hay 9 rosas rojas. Mira, no es muy románticón ni detallista generalmente, pero en esto no ha fallado nunca. (Dicho sea de paso, todo depende del concepto de romanticismo que tenga cada uno, porque creo que está muy materializado en líneas generales) Casi que lo agradezco, porque no me van mucho los regalos, me va más la complicidad, y en eso, de momento, no andamos escasos (Y cómo lo valoro, porque al menos para mi, es básico a la hora de disfrutar de una relación ya un poquitín larga).

Pues eso, que espero que lo celebremos poniéndonos hasta arriba de curry y de picantes... además, mañana me quitan una muela, por primera vez en mi vida, y estoy que no puedo más del miedo que me da. Lo bueno es que me la quita Lara, la hermana de Fer, con lo que puedo llorar, gritar y dramatizar que todo queda en casa. Voy a intentar hacer el menor ridículo posible, llegar tranquilamente, ponerme mis casquitos con música y decirle que me de un toque en el brazo cuando haya terminado. No quiero saber nada de los ruiditos de los instrumentos, ni de si se rompe. Bueno, escribo esto y me mareo así que fin del tema. Me consolaré pensando que el próximo post que escriba será ya sin muela y todo habrá pasado. (Aunque falten otras tres)

Este fin de semana estuvimos en Ponferrada. En la fiesta templaria. Cada vez me gusta más. Como siempre, Roberto, que es el que más involucrado está en cualquier evento Ponferradino, nos consiguió un par de trajes y pudimos ir a la pulpada del sábado. Por la noche cenamos unas degustaciones gastronómicas bercianas y nos tomamos unos cuantos tés morunos. Paseamos por el mercado medieval, que era una preciosidad y no nos acostamos tarde.

El Domingo estuvimos dando otro paseo y me compré un vestido templario precioso, para años posteriores. Como es mi amiga Vicky la que lo hizo y tenía el puesto en el mercado, allí mismo me tomó medidas para ajustarlo un poquitín a mi cuerpo y Fer de paso le dijo que dejase un escote generoso (aunque con mi pecho no hace falta trabajárselo mucho). En cuanto lo tenga os pondré fotos, pero creo que por lo menos un par de meses o más, porque en un mes Vicky y Kike celebran su "bodabautizo", con lo que están hasta arriba. Alba, la nena, preciosa. A ver si me mandan alguna foto.

De vuelta a Madrid sufrimos mucho con Nadal, y cenamos con el hermano de Fer y su mujer unos huevos caseros con patatas y pimientos tb del Bierzo mientras Patricia hacía las veces de Talismán para el partido. (Y para todo)

Termino aquí, que me escribe Tristana desde Londres, a ver si se vienen unos días a Madrizzz en septiembre.

Muackas